Cuando nos enfrentamos a la resolución de un problema a veces no sabemos que operación tenemos que hacer. Lo mejor es volver a leer el problema e intentar fraccionarlo en partes. Muchas veces pensar el problema con datos más pequeños que podamos imaginar y dibujar en un esquema nos puede ayudar.
Veamos un ejemplo:
Este problema tiene cantidades difíciles de imaginar, así que para razonar que operaciones tengo que hacer voy a cambiar los números por otros más pequeños y a fraccionar el problema.
PRIMERA PARTE:
SEGUNDA PARTE:
TERCERA PARTE:
CUARTA PARTE:
QUINTA PARTE:
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